Mi estimado colega parece dudar de la existencia de los sirecornios, pero cualquier erudito especializado en entes marinos primigenios sería capaz de confirmarle, sin ningún genero de dudas, que dichas criaturas existieron (y tal vez aún existen) en nuestros mares.
No está documentado ningún avistamiento reciente de estos maravillosos seres, pero diferentes escritos celtas y egipcios narran cómo los sirecornios emigraron a los simas más profundas de los océanos tras la caída de la legendaria Atlantis, guiados por una de las más famosas sirocornias de la antigüedad, la princesa Glittersea, de la que se decía que poseía una cola de escamas multicolores capaz de dejar ciego al más voraz megalodón.
Desgraciadamente, los escritos que han llegado a nuestras manos no son más que relatos épicos sobre Glittersea y otros de sus coetáneos, transmitidos originalmente a través de la tradición oral, hasta convertirse en apenas cuentos de hadas para aquellos que desconocen que estas maravillosas criaturas, los sirecornios, existieron realmente.
En posteriores entradas espero (si mis capacidades de traducción me acompañan) poder ofrecer algunas de las historias que han llegado hasta nuestros días.
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